Dejado Nanaimo, Newcastle y Protection islands, dejado Vancouver, dejados los amigos. Hace apenas un año que estamos aqui, y el camino para Alaska es largo. No vamos a ir por alta mar, el viento no le permite, y prefiremos descubrir de nuevo nuestros fundeos queridos : Squirel Cove, Octopus islands, Growler Cove donde nuestra osa tiene ahora dos niños, Alert Bay y sus totemos. Luego, siempre al Norte, God’s Pocket, Fury Cove, Pruth Bay donde el Hakaï institut, verdadera universidad en el medio de las islas, rodeada de gavias stellata,de playeritos, de ranas de arboles y de lobos que no succedimonos a ver. La naturaleza explota, los liquens son pintores, escupltores, aguilas anidan, balenas soplan, mergulan, orcas rodan, las cascadas rebosan de truchas, los cuervos son enamorado, y aqui es Prince Ruppert, la cuidad frontrera.
Del otro lado, en Alaska, Ketchikan, la hermana gemela, todavia impregnada de la aventura de los casadores de oro en camino por el Yukon y el Klondike, donde la fortuna a veces descubrida se escapada deprisa en humo…Pequenéas aldeas aisladas, muchos pescadores. En Alaska a menudo se hace la pesca en familia, mismo los grande buques tienen mujeres, muchachas y muchachos para tripulation. Los pueblos indios nos acogemos, como en Hoonah, la cultura de los indios Tlingit es muy viviente, no ha zozobrado en el folklore, los artistas son tan buenos que los ancianos, mismo si las cosas cambian. Siempre la misma amabilidad, la misma calor, no tenemos de comprar pesce, le da nos. El paisaje cambia, las montañas son mas grandes, glaciares aparecen, los osos grizzli tambien, las viviendas escasas, los pueblos o cidades vivan esentialmente de la pesca. Aqui el salmon es el Rey, en pocos meses se hacen fortunas, con sennas, redes o caña. Mismo si las ricas villas canadienses han desaparecido, las turistas abastecen tambien la economia, 7000 turistas, de los barcos de crusero, por dia, hasta 12 000 …
En Elfin Cove, la ultima escala en el Alaska del Sudeste, hemos descubrido oro, el oro del sol al poniente, antes de atravesar el golfo de Alaska. Tenemos un buen viento y gustamos de navegar a vela. La llegada en Hinchinbrook Passage va a ser tumultuosa y estamos felices de dormir tranquilo en Deer Cove, en un buen refugio con los pescadores, donde los cerdos brincan el la playa.
Estamos en el Prince William Sound.