La travesia desde Salvador estuvo rapida, y en menos de 13 dias fundeamos a Isla Royale, en la “Baie des Cocotiers”, en las “Iles du Salut”. Son imagens de postal en un lugar maldito, con la inhumanidad frente a la infamia. Ahora ha regresado la naturaleza, los cocoteros plantados por los presidarios han transformado essas piedras en islotes de verdura. Fican las ruinas, las celdas de la Isla Saint Joseph, el cementerio para los quien tienan derecho, mismo si muchas de las tumbas solo son marcadas de una piedra. Sin embargo esses lugares, de una historia pesante ahora son apacible, los turistas abundan, los carabinieros son amables, los monos araña brincaderos, los agoutis cabalgan.
Una noche en mar y subimos el rio Maroni. La marea nos empuja, bordeamos el manglar hasta Saint Laurent du Maroni, un lugar de expiacion mas por los quien la França tenia por indeseable. Aqui, una vez mas, estaban todos mesclado, pequeños delincuentes, criminales, oponentes politicos… Necesitara el corage de algunos grandes hombres, como Albert Londres, para acabar, en 1954, esse tratamento desmesurado.
Mas el tiempo y la naturaleza han hecho su obra. Saint Laurent es un encruzijada, el Suriman es al otro lado del Maroni, cruzado sin cesar por esplandidas piraguas. Se habla toda clase de idiomas, y la presencia francesa no pode atenuar essa mescla de culturas : amerindias, negros marons, hmong, chinos, brasilianos, surinamos…. Es la Guyana, la Guyana amazonia, la de los grandes rios.