Rio Grande do Sul, nuestra puerta de entrada en Brasil. No pensiamos parrarnos so rapidamente, pero habiamos olvidado la magia de la laguna, sus aves, sus luces, sus brumas. Aqui en el “lagoa dos patos” todo es tranquilo. Las barcas andan y vueltan de la “isla de los marinhieros”, cargados de letuces y otros legumbres por el mercado comunautario, cerca de aqui. Las carretas a caballo no han capitulado frente a los camiones y coches, los perros duermen en las calles, los nostalgicos gauchos andan en sus caps negras, dobladas de rojo, con botas de cuero y boina. Reencuentros con el portugues cantado do Brasil, con las frutas, las legumbres, el mercado de pesces….
Esta bien de reencontrar Brazil !